Hoy, 22 de noviembre de 2007, ha muerto Niebla. Un bebé de liebre de casi un mes que llevaba con nosotros varias semanas. Siento que haya muerto. Es curioso como un animal tan pequeño pudo ser capaz de llenar un hueco tan grande en mi corazón. Hueco que ahora queda desconsoladoramente... vacío. Aunque estaba a mi lado, no sé exactamente cuando le ha sobrevenido la muerte. Me he dado cuenta pocos minutos después de las 5 de la tarde. Esa forma de yacer no era normal, enseguida comprendí que estaba muerta. No podía creerlo, pero así era. Tengo 38 años ya y mi mente sigue sin poder procesar la idea de la muerte. Creo que no lo conseguiré nunca. Es triste, si hubiera sabido que se estaba muriendo, la habría tenido en mi regazo y entre mis manos hasta el final. Pero está claro que todos estamos solos ante la muerte...
Un último beso para Niebla. Feliz viaje al otro lado.
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1 comentario:
Excelente
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