sábado, julio 29, 2006


Durante toda esta semana, tarde tras tarde me fundo con el paisaje y asisto cual piedra a la puesta del sol en el incomparable paraje de las lagunas de mi pueblo. Trato de aprender de las rocas esa resignación ante las vicisitudes de la vida. Pero ese paisaje está ahi siempre, todo el año. Lo que hace sentirme privilegiado en ésta ocasión es la magnífica compañía de una amiga de excepción, que me ha brindado parte de sus vacaciones. Juntos y en armonía, paisaje y compañía, estas tardes están siendo un bálsamo capaz de curar todas esas heridas que la soledad ha ido dejando en mi alma.

Gracias

domingo, julio 02, 2006

Ahora que ya sabéis que existo, voy a intentar contar algo que he percibido hoy.
He ido a la capital con mi familia esta mañana y por la tarde hemos visitado un centro comercial. Yo ya sabía que la gente, los sábados y los domingos, suele pasar los momentos de ocio en los centros comerciales. Pero una cosa es saberlo y otra verlo. Me ha recordado aquel pasaje de la Odisea donde el barco de Ulises (Odiseo) pasa cerca de la isla de las sirenas. Me he sentido impotente. Toda esa gente, niños incluidos, paseando apacible e inadvertidamente rodeados por el terrible canto de las sirenas. Directamente a la perdición, sin mástil al que amarrarlos. Las mismísimas Scylla y Charybdis palidecerían ante tal espectáculo. ¿Por qué hemos dejado que nos conviertan en esto? :'(

¡Alejaos de las sirenas!

miércoles, junio 28, 2006